lunes, 23 de febrero de 2009

Paseo por el oeste portugués

Llevaba ya un tiempo con ganas de hacer una escapada a Portugal, y en concreto, de ver algo de la costa. Así que cuando el tiempo lo ha permitido, me he acercado a la región de Estremadura, y visitado algunos pueblos.

Óbidos

Este es un pueblo medieval muy adaptado al turismo. Por las calles se ven multitud de tiendas de artesanía, recuerdos de todo tipo, e incluso suenan fados por unos altavoces instalados en los edificios.



Por lo que he leído, en verano el pueblo se llena de turismo. Por eso huyo de esa época para hacer según qué viajes. Este fue uno de los casos en los que aunque había turistas, eran más bien pocos. Las calles se podían recorrer sin tener que empujar a nadie, e incluso no costaba mucho hacer fotos sin que saliese nadie.



Supongo que dentro de unos días, cuando se celebre el festival del chocolate (del 5 al 15 de marzo) la situación será completamente diferente. En la explanada del castillo ya están preparadas las casetas, por el momento vacías.












Fuera del recinto amurallado se encuentra el santuario do Sr. Jesus da Pedra. Es una iglesia casi olvidada, pero bastante espectacular.

Peniche

Tengo que decir que no vi el pueblo de Peniche. La verdad, me interesaban más los acantilados de los alrededores, o buscar un punto con la orientación adecuada para sacar fotos de la puesta de sol.



Lo de los acantilados no fue difícil. Aunque no son tan espectaculares como los que he visto en el Algarve, sí que son bonitos.



Además, era fácil ver a gaviotas posadas en rocas inaccesibles y relativamente cercanas. Esta vez sí que tuve suficiente con el zoom de mi cámara.






Encontrar un lugar desde el que fotografiar la puesta de sol tampoco fue difícil. Lo complicado es encontrar el día que mejor se vea, que no suele coincidir con el día en que uno se mueve por la zona. Conseguí algo de colores anaranjados, pero cuando el sol ya rozaba el horizonte no fue gran cosa.

Alcobaça

El segundo día de viaje comenzó en Alcobaça. Lo más interesante es el monasterio, vistas al cual tenía desde la ventana del hotel, como se muestra en la siguiente foto:





La portada del monasterio está bastante recargada respecto al resto del edificio. En el interior predominan las líneas sencillas y los grandes espacios prácticamente vacíos.



Se encuentran en la iglesia las tumbas de Dom Pedro y Dona Inês de Castro, protagonistas de una desgraciada historia de amor.









El tamaño de las dependencias del monasterio es enorme, como se puede ver en los dormitorios o en la cocina. Por lo visto, llegaron a vivir allí hasta 900 monjes.



El claustro, como suele ser habitual, es precioso. Además, si no coincides con nadie en la visita (como fue mi caso) se respira una gran tranquilidad. Lo malo es que no conseguí hacer grandes fotos.

Nazaré

El mayor atractivo que este pueblo tiene para mí es la parte alta, separada del resto por unos acantilados, y cuya mejor comunicación es un teleférico que no cogí (me di un paseo. La bajada sin problema, pero en la subida me arrepentía a cada momento de no coger el teleférico).



La playa también es bastante espectacular, y no quiero imaginármela en verano, abarrotada de gente. Suelo huir de la playa en esa época. No me gusta nada el sol, y el calor lo soporto como puedo. Así que en invierno, pero con tiempo primaveral, es un buen momento para ver estos lugares.







Batalha

A Batalha le ocurre lo mismo que a Alcobaça, que lo más interesante (y casi único) es el monasterio.



Exteriormente es espectacular, y una vez dentro también tiene cosas interesantes.






La iglesia guarda parecido con la de Alcobaça: ambas son naves altísimas y muy largas, poco cargadas. Pero aquí hay una capilla lateral donde se encuentra la tumba de D. João I (quien mandó construir el monasterio) y su descendencia.



La visita al monasterio propiamente dicha comienza en el claustro. Este es mucho más recargado que el de Alcobaça, tanto en los arcos como capiteles. También hay un segundo claustro, mucho más sencillo, que solo se puede ver desde un balcón.



Para mí, lo más espectacular son las capillas inacabadas. Se ve claramente como suben las columnas, pero hubo un momento en que dejaron de construir.



No sé si en la entrada al monasterio se incluyen estas capillas, o tienen entrada libre (en el momento en que fui, la visita era gratuita). La iglesia, el monasterio o las capillas tienen entradas por diferentes sitios.

Aunque aquí he puesto algunas de las fotos, tengo muchas más disponibles en Picasa.

domingo, 15 de febrero de 2009

Embalse de los Canchales



Tenía ganas de salir a dar una vuelta por el campo, y si era posible, aprovechar e intentar ver grullas. Tras pedir recomendación a un compañero del trabajo me fui al embalse de los Canchales, que ya podían actualizar los de Tom Tom la cartografía un poco mejor, pues supuestamente estuve en medio de la nada.



El lugar es muy tranquilo, de vez en cuando aparecían algunos pescadores, y me crucé con un grupo de ciclistas. Eso es todo lo que vi de gente. Lo que sí que noté es que hace mucho que no me doy paseos de este tipo, no aguanté mucho caminando. Es decir, al cabo de algo más de dos horas ya estaba de vuelta en el coche, camino a casa.



Por suerte el lugar está bastante cerca de Mérida, en unos 20 minutos ya llegaba. Coger primero la carretera hasta La Garrovilla, y desde allí una carretera vecinal (pero asfaltada y en muy buen estado) hasta el embalse.



El objetivo de ver grullas apenas lo conseguí. La zona estaba mucho más tranquila de aves de lo que yo esperaba. Luego me encontré con otro inconveniente: un objetivo de 300 mm. es limitado para fotografiar fauna. Normalmente los animales están demasiado lejos, y no es zoom suficiente. Ya me pasó en Monfragüe, y me ha vuelto a suceder ahora, pero es que no hay presupuesto, los objetivos están caros.



Así que tras unos paseos y algunas fotos decidí que la próxima vez iré con la bici, que hay buenos caminos para pasear un rato.

domingo, 8 de febrero de 2009

Mérida al atardecer

Últimamente parece que no salgo mucho de Mérida, que me dedico a coger la cámara y a dar vueltas por aquí. Nada más cierto, es así. Llevamos una temporada de mal tiempo y riesto de lluvias, y tengo muchas ganas de hacer kilómetros. Otro día será.

Así que el paseo que me di fue aprovechando las últimas horas de luz, y cruzando el río me di la vuelta y probé a sacar la luz anaranjada de la puesta de sol sobre el Polígono en varias fotos:







Otra foto fue para ver el reflejo de esa luz anaranjada sobre el edificio de las consejerías del paseo de Roma.



Y el objetivo final de la tarde fue irme a la rotonda de la plaza de toros y hacer fotos del rastro de luces de coches en la avenida Reina Sofía. Quería sacar algo mejor que lo que conseguí sobre la autovía hace un par de semanas, así que fui probando con un objetivo, con otro, más tiempo de exposición, sobreexponer... Y al final este es el resultado al que llegué.

domingo, 1 de febrero de 2009

Rincones diferentes de Mérida

Mérida es bien conocida en el aspecto de monumentos romanos, y no voy a discutirlo, me encanta visitarlos y fotografiarlos de vez en cuando. Pero también hay algunos otros edificios más recientes y que son interesantes. Puede que no se fije mucho la atención en algunos, así que he querido mostrar lo que he ido encontrando.







En la calle Berzocana nos encontramos con esta casa. La calle es estrecha, por lo que yendo por ahí es fácil no fijarse en ella. Aunque sí que hay una calle desde Santa Eulalia que nos permite un buen punto de vista. La entrada también vale la pena.



En la calle Romero Leal con Santa Catalina están reformando una casa, que la verdad, a ver como la dejan, porque por el momento no es nada del otro mundo. Pero por suerte tiene en su fachada, en el primer piso, un arco bonito. Lo malo es que al estar apuntalado solo pude fotografiar una parte.



En la calle Santa Eulalia se conservan estas baldosas publicitarias, que es algo que me llamó la atención la primera vez que estuve por aquí. Estas seguro que las ha visto mucha gente, pero creo que no se les hace el caso adecuado.



En la Rambla Santa Eulalia también hay una fachada que llevaba un tiempo fijándome, hasta que decidí ir con la cámara y hacerle alguna foto. Le rodean edificios completamente normales y más altos, pero ahí se mantiene.
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