lunes, 30 de noviembre de 2009

IV Festival de Cine Inédito de Mérida: El erizo



Ayer se dio un caso curioso. Para empezar, la proyección coincidía con un partido de fútbol, un Barça-Madrid. Y será por eso que tuvimos la mayor asistencia a un pase. Por lo que queda demostrado que la gente pasa de fútbol y va al cine. Y por mi parte contentísimo. Eso sí, casi todo el mundo vino al primer pase, pues al segundo no sé si llegaron a 40 personas.


La sala en el primer pase


En cambio, esto era el segundo



La película del día era "El erizo", de Mona Achache, basada en la novela "La elegancia del erizo". No conozco la novela, aunque me han comentado que está mejor que la película. Tal vez mire de leerla algún día.

En mi opinión, la película tiene un comienzo flojo, empezaba a hacérseme pesada, no le veía sustancia. Paloma, una niña de 11 años, va con la cámara por todas partes grabando todo lo que ve, y queriendo esconderse de todo el mundo. La verdad, con la familia que tiene no me extraña que prefiera una vida diferente de la que tiene. Pero hay un momento en el que entra un nuevo vecino en la escalera, y aquí ya gana algo más de interés. Este personaje es un anciano japonés que entabla relación con la portera y con la niña, cambia la percepción de los estatus de la gente habituales. Y aunque la película no sea la mejor del festival, sí que tiene su punto agradable a ratos, y alguna situación surrealista que te hace reir. Eso sí, todo puede cambiar.

Con la película de hoy, "Honeymoons", nos vamos al otro lado de Europa, a Serbia. A ver qué tal, pues con "Optimistas", también de Goran Paskaljevic, salí un poco desencantado. Vale que era una película pesimista, pero no salí muy convencido entonces, y estoy un poco reacio. Pero no puedo decir más hasta no ver la peli.

domingo, 29 de noviembre de 2009

IV Festival de Cine Inédito de Mérida: La cinta blanca



El segundo día del festival ha tenido algunos pequeños contratiempos, pero que al final no molestaron a lo importante, que era la proyección de la película. En primer lugar David me comentó que en la sala de máquinas del auditorio, justo junto a la pantalla, iban a tener que estar trabajando. Y esa sala tiene un gran ventanal dando al escenario. Por suerte consiguieron tapar ese ventanal, y aunque se veía luz en el interior no molestaba en la pantalla. Otro contratiempo es la falta de calefacción. Creo que está estropeada, y más vale que la arreglen rápido. Con la sala llena aún es algo soportable (al menos para mí). Y el último contratiempo es el que no tiene solución: esas butacas no son cómodas. Ante todo esto, ayer el alcalde de Mérida, Ángel Calle, fue un espectador más, y siendo el centro cultural Alcazaba, donde se realizan las proyecciones, un edificio del ayuntamiento, no estaría mal que tome nota.


El alcalde conversando


Hay quien viene preparado


Pero inconvenientes a parte, pasemos a la película, "La cinta blanca", de Michael Haneke.



La película es en blanco y negro, con un ritmo pausado, apenas movimientos de cámara (y cuando lo hay, en una escena de baile, casi acabo mareado), sin música y muchos silencios. Con esto parece que vaya a decir que vaya rollo de película. No es así. Tiene la virtud de que sus más de 140 minutos se llevaron bien. Ambientada en un pueblo de Alemania, en vísperas del inicio de la Primera Guerra Mundial, una serie de acontecimientos desagradables alteran la calma del pueblo. Se diría que mejor no contar más, y mejor no cuento más del argumento. Tan solo decir que hay una conclusión a la que se llega, pero que ya había leído algo antes de ver la película. Sin llegar a esa conclusión se entiende la historia, pero si se le da vueltas al tema abordado se entienden más detalles, y da más que pensar. Eso es algo interesante, salir del cine dándole vueltas al film, sacándole todo el jugo posible.

Y hoy, dentro de un rato (que me he retrasado a la hora de ponerme a escribir) "El erizo", película francesa. Mañana ya comentaré la jugada.

sábado, 28 de noviembre de 2009

IV Festival de Cine Inédito de Mérida: La isla interior



Por fin comenzó una nueva edición del Festival de Cine Inédito de Mérida. Ya tenemos de nuevo la ocasión de poder ver películas interesantes antes de su estreno, y que además no va a haber otra forma de poder verlas en la ciudad. Tal vez la Filmoteca de Extremadura traiga alguna algún día, pero está claro que ninguna llegará al circuito comercial habitual. Así que no desaprovechemos la ocasión.



El inicio del festival ha sido sencillo, David Garrido subido al escenario dando la bienvenida y presentando la primera película. En este caso hemos comenzado con "La isla interior", de Félix Sabroso y Dunia Ayaso. Estoy dándole vueltas a como comentar algo de la película, pero va a haber que leer alguna otra reseña, no estoy muy inspirado. Puedo decir que es un drama, nada que ver con las primeras películas de la pareja, donde predominaba la comedia.

Las interpretaciones son lo mejor, ninguno de los actores se queda atrás con sus problemas a la hora de mostrarlos. Pero a mí me falló algo. No sabría explicar el qué, pero no me acabó de convencer.



Para presentar la película se contó con la presencia de Antonio de la Torre. En esta ocasión tiene un papel breve, una lástima, pues lo tengo visto en interpretaciones más interesantes, como "Azuloscurocasinegro", "Una palabra tuya", "Mataharis" o "Cobardes". Tal vez su presentación tampoco fuese muy extensa, pero mostró simpatía al dejarse fotografiar con la gente, contestando a las preguntas que después se le quisiesen hacer... Además, al ser este un festival pequeño estaba en la sala, o al acabar la película, como un espectador más, paseándose tranquilamente entre el personal.


Antonio de la Torre con gente del Cine Club Fórum y de Canal Extremadura Radio (o televisión también)


La película de hoy es "La cinta blanca" de Michael Haneke. Por lo que me han comentado es interesante no saber mucho de lo que va, ir averiguándolo y reflexionando. Seguro que es película para darle vueltas. Mañana intentaré comentar algo más.

jueves, 19 de noviembre de 2009

En marcha el IV Festival de Cine Inédito de Mérida



Un año más llega la oportunidad de disfrutar de un pequeño festival de cine en Mérida, aunque en esta ocasión se adelanta ligeramente la convocatoria, del 27 de noviembre al 5 de diciembre. Hoy se ha hecho la presentación oficial a los medios de comunicación, y ya se puede consultar la programación. Confío en que en breve estén disponibles las revistas y se puedan repartir por toda la ciudad.

Poco más puedo comentar por aquí, dejo a quien esté interesado que acuda a mejores informaciones, como la página oficial del festival y el blog de David Garrido, director de programación.

Pincha aquí para acceder a la página oficial del IV Festival de Cine de Mérida

Pincha aquí para acceder al blog de David Garrido

Por mi parte, iré narrando lo que va pasando en el festival, contando un poco de las películas y mostrando fotos a partir de la próxima semana.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Un poco del Algarve interior y Alentejo Bajo

La última entrada del viaje a Portugal no la he podido hacer cuando tocaba. Fue ayer el día de regreso, aprovechando la vuelta para ver algunos sitios más. Pero al llegar a casa cansado todo lo que hice fue darme una ducha, cenar y sentarme a ver la tele un rato. Así que unas 24 horas después de haber vuelto voy a por la última etapa del viaje.

La primera parada fue en el pueblo de Estói, un pueblecito cercano a la autovía del Algarve, y a unos 20 km antes de llegar a la frontera. La idea era visitar un palacio del XVIII y sus jardines, que debían estar medio abandonados. En la guía que consulté, del 2007, se hablaba de la idea de una restauración. En el 2009 la restauración la están llevando a cabo: el edificio es una posada, y los jardines están cerrados por obras. Así que me quedé con las ganas.

Pero al salir del pueblo estaban las ruinas romanas de Milreu. Por los mosaicos que se pueden ver el lugar debía tener un uso relacionado con el pescado. Además de las ruinas queda parte de un templo y también hay una casa del siglo XVI edificada encima de los edificios romanos, aprovechando los cimientos. Una vez excavado el suelo de la casa se pueden ver las estructuras más viejas y las menos viejas.


Las ruinas de Milreu




Algunos de los mosaicos con peces


Templo


Una casa rural algo más moderna que las ruinas


Hasta la pared blanca pertenece a la casa, debajo los restos romanos


En lugar de cruzar la frontera por Ayamonte fui hacia el norte. Me habían hablado del pueblo de Mértola, ya en el Alentejo, y valió la pena. Es un pueblecito de montaña en la confluencia de los ríos Oeiras (si la búsqueda en Google ha sido correcta) y Guadiana. En ese punto se eleva un castillo, y un poco más abajo la Igreja Matriz. Algunas de sus calles son típicas de un pueblo de la época: estrechas, en pendiente y adoquinadas.


La Igreja Matriz


Patio del castillo


El Guadiana hacia el sur


Hacia el norte. Siguiéndolo algunos cientos de kilómetros llegaría a casa


La carretera cruzando sobre el Oeiras


Vista del pueblo con la iglesia en primer plano


Una de las calles



Ya para acabar quise hacer una parada en un lugar más: Pulo do Lobo. Desde luego, este es un sitio que no se encuentra por casualidad, hay que ir específicamente allí. Saliendo de Mértola, a unos 20 km. hacia el norte por carreteras vecinales (y un último trozo de camino de tierra) se llega al lugar. Consiste en unas formaciones rocosas que destacan entre el resto del terreno, pero más o menos al mismo nivel. El río lo cruza, y seguramente la erosión ha formado una cascada. El lugar de la visita es en el punto alto de dicha cascada, y por la forma de las rocas queda un poco escondida. Tal vez en primavera, con más agua, puede llegar a ser más espectacular. O intentando jugarse el pellejo y moviéndose entre rocas se pueden buscar puntos de vista más atractivos. No fue mi situación. Llevaba ya algo de cansancio acumulado y me quedaba un largo camino hasta casa, así que hice las fotos que pude desde los lugares más accesibles, y me encaminé de vuelta hacia Mérida.



Se pueden ver los dos niveles del agua, la cascada queda escondida entre las rocas


Supongo que ahí se llegaría desde Vila do Poço, que desde donde yo estaba serían más de 40 km. por carretera (cosas de no tener un puente cerca)


Camino preparado a un mirador, y las rocas del entorno


Parte baja de la cascada, con una espuma un poco sospechosa


Entorno rocoso


Aquí he ido poniendo una selección de fotos. Para ver casi todas las que hice están aquí. Además, para quien quiera localizar los puntos donde están tomadas, aproximadamente, pinchando en las fotos aparece el punto y las coordenadas aproximadas.

lunes, 2 de noviembre de 2009

La punta suroeste de Portugal

Hoy estoy cansado, casi me iría ya a dormir, pero son casi las 9 (hora española, las 8 en Portugal), muy pronto. Además, si me he traído el portátil es para hacer un esfuerzo y escribir un poco. Así que vamos allá.

El día ha sido productivo en paradas, aunque algunas de ellas han sido demasiado breves. He cogido una ruta que me venía en una guía, y ya que comenzaba en Lagos, me he decidido a hacerla. Al menos parcialmente.

La primera parada ha sido en Luz, un pueblecito costero sin mucho atractivo, la verdad. Una iglesia curiosa, pues no me suena tener visto el color amarillo. Y la playa se encuentra encajada entre montañas, aunque al oeste apenas es abrupta. Lo normal en esta zona.


En la iglesia ya empiezan a poner las luces navideñas


Final de la playa y parte del pueblo


No toda la costa es playa


La siguiente parada era en la playa de Cabanas Velhas. Para llegar había que ir por una pista en bastante mal estado, y está un poco lejos de todo, salvo de una urbanización. Tal vez en verano esté atestada de gente, pero en días como hoy había unas pocas personas paseando, y algún que otro que iba a tomar el sol (no me quedé a verlo).

A pocos metros de esta playa, en lo alto de una montaña, hay una antigua fortaleza en ruinas, Forte de Almadena. Su situación es realmente estratégica, se controlaba bien la llegada de cualquier embarcación a la costa.



La montaña saliendo de la playa


Espigón al que no llegué


Forte de Almadena


Vistas hacia el este


Vistas hacia el oeste


A Salema he llegado con una idea algo equivocada. Según la guía el turismo apenas había llegado hasta ahí, y para mí la gran mayoría de edificios se deben precisamente a apartamentos de segunda residencia. Eso sí, el puerto y la playa conservan todavía la tradición pesquera.


Gaviotas en la playa y barcos pescando


Aunque al paso de la gente se iban, tantas gaviotas me recordaban a "Los Pájaros" de Hitchcock


Material de pesca


Barcas y pueblo


También en el Algarve hay un santuario de Guadalupe, pero no he tenido en cuenta que hoy es lunes, día en que muchos sitios están cerrados, y este era uno de esos. Pero desde la puerta se podía hacer al menos una foto.



A partir de aquí ha habido varios intentos fallidos. Por un lado había una zona de monumentos megalíticos que no he sabido encontrar. Tal vez la zona era muy amplia y la vegetación de arbustos lo tapaba todo, o simplemente no he sabido identificar las piedras. Además, el viento soplaba con mucha fuerza, y no me apetecía ir andando en busca de algo que no sabía si encontraría.

También me salté Vila do Bispo. Pensaba dejarlo a la vuelta, pero al final ni eso. Así que he llegado a Sagres. La fortaleza es bastante interesante, aunque 3€ me parece un poco caro para lo que hay. Consiste en una gran explanada en un cabo, una zona estratégica. Pero lo que es la entrada y los edificios viejos son pocos y no están en muy buen estado. Y luego han hecho unos añadidos que contrastan demasiado. Aun así, como siempre en estas zonas, las vistas son lo mejor.

El pueblo me ha parecido un pueblo fantasma, casi completamente vacío, y sin ningún tipo de atractivo. Iba buscando un lugar donde comer, buscaba una zona comercial o movimiento de gente, pero nada. Al menos sí que había restaurantes, y he podido comer.


Supuestamente una rosa de los vientos


Puerta de la muralla


Iglesia dentro del recinto


El océano Atlántico, y al fondo a la izquierda el cabo de San Vicente


Hay quien aprovecha el viento para hacer windsurf


Faro dentro de la fortaleza


Todo lo que hay donde no se ha construido son piedras y vegetación baja


El punto fuerte de la ruta era el Cabo de San Vicente, la punta del suroeste de la península Ibérica. Para localizarla en los mapas, esa puntita que sobresale abajo a la izquierda. Las alturas son impresionantes, y dan más miedo cuando temes que una ráfaga de viento te empuje hacia donde no habría que estar. Como quería ver otros sitios y andaba justo de tiempo he hecho una visita rápida (ya había estado en febrero del 2007 con más calma). La única pega que le encuentro al lugar es que la construcción del faro impide llegar hasta el extremo del cabo.


El faro del cabo de San Vicente


Una de las vistas de los acantilados


Otras vistas


Dejando a un lado la guía me he encaminado hacia lugares recomendados por amigos. El destino era la playa de Carrapateira. Primero he ido a un mirador que no me convencía, pues no tenía la orientación que me interesaba (al sur, cuando la playa estaba al norte). Así que he bajado hasta un aparcamiento junto a la playa. Desde el aparcamiento salía una pasarela que iba paralela a una laguna, y más allá la playa. No sé si había algún otro acceso, pero al ir he cruzado en un punto donde el ancho de la laguna era escaso y la vegetación formaba puntos donde pisar. Y al volver por un caminito en la ladera del monte, yendo a la aventura. Había pisadas, por lo que suponía que llegaría sin dar demasiada vuelta.


Desde el mirador, la playa queda tras esas rocas


Laguna, y al fondo la playa


Vegetación en la arena


Una gran duna que había que atravesar


Y finalmente la playa


Un poco más al sur estaba el último punto del día. En el GPS aparecía como un punto de interés Pedra do Cavaleiro, y he ido a ver qué era. Consistía en una playa más, donde en un extremo se encontraba una gran piedra, más bien una pequeña montaña, que supongo que es la que le daba nombre. También había varios conjuntos de rocas ya en el agua, haciendo la playa interesante. Por la orientación de estas rocas he visto que podía aprovechar y hacer fotos de la puesta de sol. He estado esperando casi 3/4 de hora mirando como las olas rompían, y cuando el sol estaba a punto de llegar al horizonte una nube me lo ha fastidiado. Al menos he podido hacer algunas fotos de la casi puesta de sol.


La luz del atardecer en la playa


Roca en medio de la playa


Conjunto de rocas en el agua


Supongo que esta es la Pedra do Cavaleiro


El sol bajando, y la roca del nombre


No he tenido el cielo rojo, pero sí dorado


Una ola rompiendo con el sol casi en el horizonte


Al acabar estaba saliendo la luna llena, y no me he podido resistir
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