domingo, 28 de julio de 2013

Linhares y Celorico da Beira

Hoy ha sido una jornada tranquila, tal vez demasiado. Tenía previsto visitar un par de pueblos, y todo ha ido más rápido de lo que pensaba. En el tiempo restante podría haber subido nuevamente a la montaña, a intentar ver lo que me perdí ayer, pero el tiempo estaba regular, igual podía llover, y además estaba en la dirección opuesta. Así que he llegado pronto al hotel y me he tirado a descansar un rato. Lo malo es que para mañana no tengo planes, así que veo probable que me vaya directo a casa después de desayunar.

Pero lo que toca es explicar como ha ido el día. He salido de Manteigas por una carretera llena de cuestas y curvas, como viene siendo habitual en esta zona. Y como no, casi en cualquier zona de aparcamiento paraba y tomaba alguna foto de los paisajes tan espectaculares que me encontraba. Como siempre, las fotos no le hacen homenaje a la realidad, que es mucho mejor.

Vista general de Manteigas, y detrás se aprecia el valle del Zêzere


Linhares

El pueblo de Linhares está cerca de una carretera, pero hay que dejarla para llegar hasta él. Aunque está anunciado como aldea histórica, y siendo un lugar de interés, al llegar allí tenía la sensación de que el tiempo estaba parado, de que los turistas estábamos de más. Estaría bien que tuviese una zona de aparcamiento antes de adentrarse en sus callejuelas empedradas, pero no es así. La primera explanada disponible ya tiene edificios interesantes, y la vista de los coches aparcados lo afean todo.

Se encuentran allí algunas casas arregladas junto a otras abandonadas, también contrastan a veces las antenas en los tejados, pero aun así tiene un encanto especial. Eso sí, es pequeño y se ve rápidamente.









Celorico da Beira

Siguiendo hacia el noreste llegamos a Celorico, otro pueblo similar, también con un castillo coronando el punto más alto, pero más bullicioso. Para empezar, la carretera pasa por el mismo pueblo, y se ha ido extendiendo por los alrededores del casco viejo. Pero paseando con la cámara a cuestas siempre había algún detalle, algún edificio que me llamaba la atención.

Ahí es donde he parado a comer. No he visto muchos restaurantes, pero justo frente al lugar donde había aparcado había uno llamado "Dragão", que si lo menciono es porque estaba muy bien. Es un típico bar-restaurante portugués, de apariencia económica y platos contundentes. Me he cogido una sopa y una carne asada (estaba buena, lástima que bastante seca), y postre. Cuando al pasar por caja me han dicho 8,5€ no me lo creía, me parecía muy poco. No sé si se habrán equivocado, pero he comido bien por casi nada.







Y a las afueras del pueblo se encuentra  la necrópolis de São Gens. Hay un cartel en la calle principal, apartado del centro, que indica por donde se llega. Primero se pasa por un tramo que da algo de miedo, unos metros en los que hay varias barracas, vehículos abandonados... Y a la vuelta andaba gente por ahí, me temo que trapicheando con cosas poco recomendables. Era un tramo en el que mejor no parar. Pero siguiendo el camino, la calle sigue, cruza el río Mondego, y ya empezaba a dudar de si me había pasado el sitio de largo cuando he visto un cartel indicando el conjunto arqueológico por una pista, y algo más adelante otro desvío, esta vez a un camino de tierra. Y las ruinas te las encuentras de golpe, no hay nada allí que las señalice ni proteja. Hay una serie de muros, que a mí me ha recordado más a cualquier construcción. Pero sabía que estaba allí por una piedra enorme de granito curiosa. Aunque estas formaciones graníticas son muy frecuentes en toda la sierra.

Conjunto de ruinas de la necrópolis de São Gens


Penedo do Sino

Puente sobre el río Mondego

sábado, 27 de julio de 2013

Serra da Estrela: naturaleza

Hoy tenía que ser el día fuerte dedicado a la parte natural de la Serra da Estrela, esa era la idea. Encontré información sobre rutas senderistas, y una me llamó la atención: percurso pedestre Salgadeiras. El día ha comenzado bueno, claro con algunas nubes, y fresco: alrededor de 10ºC (¡qué gusto me da encontrar estas temperaturas en pleno verano!!! Aunque choca bastante y cuesta hacerse a la idea). Pero corría un viento que traía nubarrones bajos y me ha fastidiado bastante el paseo.

Pero vamos por pasos. La ruta comenzaba en la Torre, el punto más alto de Portugal. Pero hay que tener imaginación para encontrar el camino, además de ser capaz de interpretar bien un mapa que tenía de una escala ridícula. Pero así es como he ido, sin saber si estaba en el sitio correcto. El camino bajaba casi en paralelo a la carretera, por lo que no había mucha opción, bajar por una especie de camino de la estación de esquí. He tardado bastante en encontrar las primeras señales de la ruta, que básicamente eran unos montoncitos de piedras. También se veían de vez en cuando las marcas de pintura, pero menos. Casi le he dedicado más tiempo a buscar el camino que a recorrerlo. Y además, no era muy fácil caminar por allí, corre por alta montaña, por piedras, y de vez en cuando con vegetación baja.

Aproximadamente, una tercera parte de la ruta transcurre al noreste de la carretera, y es la que tiene con estas características. Cuando he cruzado nuevamente esta carretera para continuar, y esta vez parecía que seguía por un camino claro, ha empezado a subir una niebla espesa. Y como no tenía ni idea de por donde iba a seguir la ruta, si continuaba por el camino o se adentraba por otros lugares, mejor no me arriesgaba, daba la vuelta y subía por la carretera nuevamente hasta la torre. Así que me he perdido una parte importante. He esperado a ver si cambiaba el tiempo, pero no había manera, así que vuelta al coche a buscar otros lugares que ver y fotografiar.

El punto más alto de Portugal, todavía con el día claro

Comienzo la ruta, pero ¿por dónde?

Es fácil encontrarse charcas, de distintos tamaños

Un habitante de las charcas

Uno de los lugares con vistas impresionantes, incapaz de captarlo bien en una foto




Montones de piedra que servían para encontrar el camino

La niebla se acercaba a gran velocidad

Subiendo por la carretera

Paré a comer en el restaurante de la Torre, y al no haber mucha opción es caro para lo que ofrecen. Pero mi idea era comer allí, y luego seguir por la zona. A lo largo de las carreteras hay muchísimas zonas de aparcamiento en las que parar, y en todas hay lugares que vale la pena parar a ver. No sé en cuantos de estos lugares paré, algunos para sitios emblemáticos y con nombre, otros simplemente bonitos. Las nubes seguían, pero las peores se quedaban en una vertiente diferente a la que me moví.


Poio do Judeu, donde se encuentran unas formaciones graníticas muy curiosas


Entre las rocas se ha levantado un santuario




Otro punto visitado ha sido la Pedra do Urso. La señalización indica la salida de la carretera, pero poco más, por lo que supongo que era unas grandes piedras de granito, de las que no he conseguido fotos interesantes.

Luego he buscado el Poço do Inferno. Desde la carretera que baja hacia Manteigas sale un camino de tierra con la indicación del lugar. pero o se da un largo paseo (e intuyendo la dirección, pues las indicaciones por el camino son escasas) o te arriesgas por un camino muy poco recomendable para un coche normal, prohibido para quien mime el coche. Después de varios kilómetros recorridos a unos 10 km/h, por fin ha cambiado el pavimento a grava, pudiéndose conducir en condiciones. Había bajado, ya me empezaba a encontrar bosque y pensaba que me lo había pasado de largo llego a una bifurcación donde se indicaba el sitio. Así que finalmente he llegado, pero en esta temporada el lugar no tiene casi nada de su belleza, la cascada estaba casi seca, tan solo daba para mojar la roca. Aun así, el lugar es bonito. Y lo mejor es ir desde Manteigas directamente (me adentré por el camino de tierra sabiendo que no iba a volver por ahí).

Una parada en el camino

Poço do Inferno, sin el salto de agua


viernes, 26 de julio de 2013

Manteigas y un poco de Serra da Estrela

Estamos en pleno verano, y cuando las vacaciones me esperan en septiembre, estos meses pueden ser muy largos. Por ese motivo decidí hacer una escapada ahora, y cuando estábamos con una ola de calor insoportable es cuando encontré que la montaña era un buen destino. Y para no olvidar el portugués (ahora que ya he acabado los seis cursos de la escuela de idiomas tengo que hacer por practicar) escogí como destino la Serra da Estrela.

Estas montañas se encuentran en pleno centro de Portugal, alcanzando la cota más alta del país. Hoy la he cruzado un poco, no le he dedicado demasiado tiempo, pero sí que he bajado por el valle del río Zêzere, una bajada recorriendo a lo largo un valle glacial y con vistas interesantes. Pero la zona está llena de lugares con vistas preciosas y llamándome a fotografiarlos, pero eso será en los próximos dos días.

Hoy le he dedicado un ratito a Manteigas, el pueblo en el que me estoy alojando. Éste es un pueblo de montaña, donde predomina el blanco de casas más o menos modernas, aunque alguna construcción más antigua también hay por ahí. Destacan también un par de iglesias, y algunos rincones más. Hay una ruta por el pueblo que debería servir para conocer los rincones más interesantes, pero no he encontrado la señalización adecuada. También me ha faltado que en el mapa pusiesen un "vocé é aqui" que me sirviese para orientarme un poco, así que he tenido que ir por libre, y no sé si me habré dejado algo interesante. Lo que sí me ha sorprendido es el resultado de los cielos. No tengo el mejor monitor ni las mejores condiciones, pero me parece que realmente han quedado bien.

Vista general de Manteigas


El pueblo al pie de las montañas



Me costó encontrar el ángulo en que no saliesen elementos afeando la casa





El valle del río Zêzere (y Manteigas al final del valle)



Related Posts with Thumbnails