Hace tiempo que tenía pendiente visitar en condiciones el pueblo de portugués de Estremoz, en el Alentejo. Y aprovechando que el otoño que estamos teniendo es muy suave, que el mal tiempo no parece llegar, hace unos pocos días cogí el coche y me fui a conocerlo. Había estado en una ocasión, pero de paso, en una visita muy rápida. Ahora iba con la idea de tomármelo con calma, hacer las fotos que me llamasen la atención tranquilamente.
El lugar se localiza fácilmente. Yendo por la carretera o autovía de Lisboa, a medio camino más o menos entre la frontera y Évora, destaca en lo alto de una montaña. No es una montaña muy elevada, y parte de la población ha crecido en la parte baja y llana. Pero en lo alto está lo que queda del castillo, una muralla y unas vistas impresionantes de la región. Hay algunas otras edificaciones que no parecen tan viejas como la muralla, pero no por eso menos interesantes.
Todo el pueblo tiene encanto, vale la pena ir con tranquilidad, aunque tampoco es necesario pasar más de dos o tres horas allí, a no ser que se visiten museos. Además, el sábado hay mercado, con puestos variados de alimentación, destacando embutidos o verduras que parecen acabados de salir de la huerta, o pequeñas antigüedades.
Como me suele pasar, mejor muestro algunas de las fotos que tomé.
El otoño se ve en los árboles mientras me acerco al centro del pueblo
Una parada del mercado
Algunas antigüedades a la venta
Galeria de D. Dinis
Estatua de la reina Santa Isabel
Torreón. La entrada es libre, a través de la posada
Una panorámica de Estremoz
Parte de la muralla
Vistas de la parte trasera de la posada
Un espacio entre murallas
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