Este pasado domingo me puse las botas de montaña, y junto a una amiga y al club de senderismo Emérita Augusta nos fuimos hacia Portugal, a seguir un tramo del GR12, en concreto entre Monsanto y Alcafozes. Hace ya un tiempo había visitado un par de pueblos de la ruta, Monsanto e Idanha-a-Velha, pero moviéndome entre ellos en coche. Esta vez era a pie.
En realidad las visitas de los pueblos fueron algo rápidas, había que cubrir unos 18 km, lo que suponen varias horas de camino, además de necesitar unas dos horas y media de desplazamiento en autobús. Así que llegamos a Monsanto, nos bajamos y preparamos para salir. El tiempo estaba gris, pero en algún momento salió el sol (brevemente), y aunque tuvimos alguna gota, no llegó a llover. Además, la temperatura era perfecta. Tan solo hubo algún momentito que soplaba el viento y era molesto, pero duraba poco.
La ruta se puede dividir en tres tramos. El primero de ellos, entre Monsanto y Carroqueiro. Monsanto está situado en lo alto de una montaña, y vale mucho la pena verlo, aunque esta vez tan solo lo cruzamos. Comenzamos a bajar por un estrecho camino empedrado y en un entorno precioso, el mejor tramo de la ruta. Todo estaba verde, las piedras llenas de musgo, y grandes rocas salpicando el paisaje, además de alcornoques en las laderas de la montaña.
Monsanto
Vistas desde la parada del autobús
Una de las calles de Idanha-a-Velha
Saliendo del pueblo
Y al llegar a Alcafozes se acabó la ruta. Este era un pueblo de interior, sin mucho interés visual, pero curioso, teníamos la sensación de que el tiempo estaba parado, y habíamos llegado para alterarles la calma, al menos el rato que estuvimos para comer.