El turismo familiar se acabó con una visita a Llerena un poco pasada por agua (literalmente). Dejamos el coche fuera del casco antiguo, y lo que tardamos en llegar a la plaza España es lo que tardó en empezar a caer una tormenta. Estuvimos un rato en un bar esperando a que parase, y al acabar salimos a pasear. Pero había refrescado (y me había dejado la chaqueta en el coche) y estaba cerca de oscurecer, así que la visita fue breve.
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