Lo que sí que voy a decir es que es un amplio espacio erosionado de forma peculiar, rompiendo las rocas. A veces las fracturas son completamente horizontales, otras más irregulares, recordándome a la montaña de Montserrat. Desde el centro de interpretación hay un mirador a 100 metros, pero si el día no está claro no se va a ver mucho, y luego hay dos rutas circulares, que en realidad es una, con un atajo a mitad del camino, recorriendo en total unos 4 km. Al ser un terreno rocoso es conveniente llevar calzado adecuado. No son imprescindibles las botas de montaña, pero no vienen mal.
Un paso estrecho (pero muy corto)
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