El Raval es un barrio que apenas conocía. Durante mucho tiempo fue una zona marginal, con muy mala fama, conocida como el Barrio Chino (Ivà ambientó las historias de Makinavaja en este lugar). Pero se ha transformado bastante, se ha recuperado. Ahora sigue siendo un barrio popular (si es que el urbanismo y la moda no lo cambian) donde vive gente de las más diferentes nacionalidades.
Por eso, hace relativamente poco lo conocí, y vi que había rincones interesantes. Esta vez no di muchas vueltas, básicamente recorrí la calle del Carme desde Sant Antoni hasta las Ramblas, encontrando lugares en los que pararse a mirar y sacar la cámara.
Una vez en las Ramblas estaba a la altura del metro de Liceu. Hasta hace poco la estación ha estado de reformas, y lei que hubo cierta polémica por unas barandillas. No puedo asegurar si las actuales (las de la foto) son las antiguas o unas nuevas. Habría quedado fatal unas barandillas modernas en un entorno clásico y modernista. La remodelación del teatro del Liceu ya sufrió ese cambio. La fachada conserva el aspecto de siempre, pero parte del edificio no me gusta nada.
¿Y qué mejor sitio frente al teatro del Liceu que el café del Liceu?
En un principio tenía idea de hacer fotos en blanco y negro, pero los árboles en flor piden colorido, así que tuve que romper con la idea inicial.
La calle Ferran es una de las más transitadas del barrio gótico. También fue disfrazada para parecer el París de la película "El perfume".
En la calle del Bisbe nos encontramos con este puente. Tengo vistas algunas fotos impresionantes, con niebla y de noche, que no han de ser nada fácil conseguir. Así que me tengo que conformar con las condiciones que se dieron este día (sol y lluvia, todo en uno). Tenía pendiente hacerle fotos, y puede que en este sitio hiciese unas 20. Aquí he puesto algunas de las que más me convencen.
Frente a la parte trasera de la catedral está esta casa de fachada colorista.
Y ya para acabar y protegerme un poco de la lluvia del momento entré en uno de mis lugares favoritos de la zona, el claustro de la catedral. Ya me había acostumbrado a otros claustros mucho más tranquilos y vacíos, mientras que este era una extensión de las Ramblas, un paseo lleno de gente sin parar de hacer fotos (y yo no era una excepción). Aún así cumplí con la tarea pendiente de hace mucho tiempo: retratarlo.
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