En estos momentos el festival ya está en su recta final, solo quedan dos películas más para proyectar y una gala de clausura. Disfruto con el cine, cada año tengo ganas de que llegue esta semana, le tengo bien pillado el truco a cortar entradas y hacer fotos. Pero físicamente el cuerpo ya nota el cansancio de estar cada día en el centro cultural. El hecho de hacer el paseo a diario tiene algo que ver. Menos mal que ayer decidí tomármelo con un poco más de calma.
Fotográficamente el día fue muy tranquilo, solo hice dos fotos. Y la asistencia tampoco fue muy grande, creo que ha sido el día que menos gente ha venido. Pero la película era interesante.
El título de la película, "Lourdes", de Jessica Hausner, hace referencia al monasterio francés donde tanta gente va en busca de curaciones milagrosas, pero que han convertido el lugar en un parque temático de la fe. Eso es lo que va buscando la protagonista, enferma de esclerosis inmovilizada de cuello para abajo.
Una vez vista la película entiendo por qué tanto alguna asociación de católicos como otra de ateos y agnósticos la han premiado, se puede leer como mejor le interese a uno. La película no se posiciona radicalmente a un lado, no dice las cosas directamente, sino que deja que el espectador las intuya, lo más importante son las miradas de varios de los personajes, algunos gestos, que dicen más que las frases. Salí de la sala pensando en algunas cosas, pero charlando con más gente se le saca más jugo a la historia. Hay veces en que el desespero y la impotencia hacen buscar milagros incluso donde tienes claro tu posicionamiento respecto del tema.
La película de hoy, "Cinco minutos de gloria", tenía la sensación de que era la más comercial del festival, tal vez porque el protagonista es Liam Neeson. Mañana ya la comentaré.
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