Como el festival transcurre normalmente no hay nada que comentar, salvo que ¡por fin funciona la calefacción del auditorio! Y se nota la diferencia.
La película del día fue "Cinco minutos de gloria", de Oliver Hirschbiegel. El trasfondo de la historia es la lucha armada en Irlanda del Norte, pero no se centra en eso la película. Se centra en la situación de un asesino, y la búsqueda de reconciliación con el hermano de su víctima. En su momento Alistair (personaje interpretado por Liam Neeson) era un héroe que luchaba por su pueblo. En este caso él es protestante, mientras que los enfoques de la lucha suelen estar más vistos desde el lado católico, el de los irlandeses y el IRA. Pero volviendo a la película, Alistair pasó una temporada en la cárcel por ese asesinato, y fue el comienzo de su remordimiento. Temporalmente fue un héroe, pero luego se da cuenta del sinsentido del terrorismo, y quiere intentar arreglar el pasado que durante más de 30 años lleva remordiéndole la conciencia.
Por el otro lado Joe (James Nesbitt) es el hermano de la víctima, que fue testigo del asesinato y soportó que su madre lo culpase por no haber hecho nada. Solo quiere vengarse desde el momento que sabe que el asesino se pasea dando conferencias y charlas sobre el tema, y concretan un encuentro para televisión. Ambos necesitan arreglar el pasado para poder encarar el futuro.
El peso de la película cae en los dos actores, en lo que piensan y hacen, en la incomodidad que a ambos les causa la situación. Pero Nesbitt se lleva la palma, su personaje es más variado. En cambio, aunque Neeson no lo hace mal, lleva la misma cara en toda la película, la de personaje atormentado.
Esta noche se retoma el tema de luchas armadas, pero ahora desde un documental y buscando respuestas a las desapariciones del franquismo y la reapertura de fosas en España.
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