Un fin de semana puede ser poco tiempo para conocer la ciudad en profundidad, pero vale para callejear y hacerse una idea de lo que hay. La idea es que es conveniente llevar calzado cómodo y prepararse a subir cuestas. Desde la avenida da Liberdade hasta la Praça do Comércio está la Baixa, el ensanche más nuevo, construido tras el terremoto de 1755. Desde ahí hacia el este está Alfama, con el castillo de São Jorge y la Catedral, entre otros lugares; y hacia el oeste Chiado y el Bairro Alto. Y comunicando ambas zonas corre el tranvía 28, el más conocido, pero también más masificado.
En Portugal había encontrado muchos edificios degradados, y dada la actual situación económica que atraviesa el país (y nos quejamos de lo que tenemos aquí), estos edificios son cada vez más, hay mucha dejadez, y es fácil encontrarse a gente durmiendo bajo los soportales de la avenida da Liberdade. No sé si se deberá también a la crisis, pero en 5 años ha aumentado el número de gente ofreciendo droga. Es decir, paseando, no haciendo nada más, creo que conté 4 o 5 personas ofreciéndome marihuana o cocaína (en mi anterior viaje solo fue una).
Como últimamente ando pobre de capacidad de palabra, paso mejor a las fotos. El fin de semana fue muy gris, y no he podido hacer gran cosa, así que seguramente ponga fotos actuales y antiguas. Sobre todo de la Praça do Comércio, que esta vez nos encontramos con lo más interesante, el arco de entrada y la estatua central, andamiados.
Uno de los funiculares para llegar a la parte alta
Típica acera portuguesa
Subiendo a Alfama
Una cosa que me gusta de Lisboa: la gran cantidad de miradores que tiene
El tranvía 28 frente a la Sé
El puente 25 de abril
Praça do Comércio ahora
Y tal y como la vi en el 2008
Elevador de Santa Justa, para subir a Chiado
Vistas desde la parte alta del elevador
Convento do Carmo, actualmente museo de arqueología, tal y como quedó tras el terremoto de 1755
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