Aunque el título que le pongo a la entrada pueda dar lugar a segundas lecturas, no es esa mi intención. Hay que mirarlo desde el punto de vista material, esto es, que he comprado un objetivo nuevo para la cámara: un Sigma 18-250 1:3.5-6.3 HSM. Ha sido hace poco cuando he empezado a interesarme por un todo terreno, y tras leer comparativas y ver algunos modelos, he visto que este estaba muy bien de precio y tenía una buena calidad.
Así que la prueba ha sido salir a callejear un poco por Mérida, sin nada fijo en mente, simplemente a fotografiar, aprovechando que tuvimos un día de enero prácticamente primaveral. El resultado por ahora lo veo bien, lo tengo que seguir probando más. Tener todo el rango de focal, desde angular hasta zoom va bien, ya no necesito cargar con varios objetivos. Pero pesa lo suyo, y me imagino que todo un día cargando la cámara lo acabaré notando. Pero todo sea por conseguir buenos resultados.
Aquí pongo una muestra de las capacidades de este nuevo objetivo.
Probando a enfocar el primer plano, o desenfocándolo
Probando también el macro
Con el zoom a contraluz
La misma cigüeña, ahora con la luz a favor
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