Una nueva prueba del objetivo: quería ver qué tal funcionaba el estabilizador. Para ello lo mejor son fotos nocturnas, y en un paseo me acerqué al templo de Diana, que estaba iluminado. Poniendo ISO alto la velocidad era de un cuarto de segundo, así que probé qué tal mi pulso, ayudado por la estabilización. Del lugar tengo ya bastantes fotos, así que no tomé muchas.
El resultado es aceptable, pero la subida a Picasa me ha comprimido algunas fotos de forma exagerada, por lo que el resultado que se ve aquí no es exactamente el conseguido.
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