Hace ya un tiempo que me voy fijando en un solar junto al que paso cada día para ir a trabajar. Como siempre en estos casos está olvidado y feo, pero en el que la primavera trabaja a destajo. De esta forma, dentro de la fealdad del lugar está la belleza de las flores que quería fotografiar algún día, así que esta vez he aprovechado una tarde soleada y sin mucha cosa que hacer en casa para salir a pasear con la cámara a cuestas y hacer estas fotos entre otras.
Estas son fotos rápidas, no estuve mucho rato buscando el mejor punto de vista o el mejor encuadre. Además, están hechas con el objetivo habitual, un 18-55, sin posibilidad de acercarme más a las flores. Pero el objetivo está cumplido: mostrar la belleza que se puede dar dentro de la fealdad.
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