La ruta comienza junto a una piscifactoría, y el inicio parece un lugar de paso de todo el mundo, hay muchísima gente. Los primeros kilómetros transcurren por pista forestal y es un camino muy fácil, apto para todo el mundo. Vamos junto al río constantemente, escuchándolo bajar, y seguro que poniendo atención también veríamos peces.
Formaciones rocosas en el río. Este lugar está a pocos metros del inicio. La foto la hice al volver, pues a la ida tenía el sol en mal sitio
Algunas vistas del río
Hay un punto en el que nos encontramos con un desvío para ir a la Cerrada de Elías, mientras que la pista sigue por otro lado, para encontrarse nuevamente más adelante. Vale mucho la pena coger el camino hacia la cerrada. Cambiamos de pista a un caminito más estrecho, y en algún momento es tan solo una pasarela sobre el agua, pero es de los puntos de fácil acceso más bonitos de la ruta.
En el camino nos vamos encontrando formaciones rocosas curiosas y algunos paisajes interesantes, aunque al ir por el valle de un río no tenemos grandes panorámicas, pero eso no impide disfrutar de las vistas, si nos acordamos de levantar la vista alguna vez (en mi caso no era tan fácil, casi toda la ida la hice con el sol de cara).
La dificultad comienza al llegar a una central hidroeléctrica. Ahí se acaba la pista y comienza la subida en serio, y los paisajes más espectaculares: paredes verticales que parecen venirse encima, pequeñas lagunas de aguas turquesas y seguro que heladas (no me acerqué a comprobarlo). La primera parte de la subida se deja hacer, pero al final se complica más, tanto en pendiente como en terreno. Cuando se ve la entrada a un túnel se puede respirar: se acabó de subir.
Los túneles pueden dar un poco de miedo si no gusta la oscuridad. Hay un canal de agua corriendo y una barandilla de protección, pero dejando un camino estrecho para caminar (más de una vez hay que inclinarse para no tocar la pared). En algún punto de curva no se ve absolutamente nada, por lo que sería conveniente ir con linterna (cosa que no hice). Además, algunas zonas están encharcadas, así que mejor si las botas son impermeables.
Una vez arriba hay una presa y un pequeño embalse, y un poco más adelante la laguna de Valdeazores, que fue el final de mi ruta. También se podía llegar al nacimiento del río Borosa, pero no me acerqué. La subida había sido larga (en tiempo y distancia), y me quedaba hacer el mismo camino de vuelta.
2 comentarios:
Anda, yo pensaba que la cerrada de Elías había sido en la ruta de la cueva secreta en Granada!!!!
Yo recuerdo esa parte de la ruta como una de las más bonitas!!!!
Muy bonitas fotografías y preciosos los motivos escogidos.
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