sábado, 26 de marzo de 2016

Molinos de viento en la Mancha


Uno de los capítulos más famosos de "Don Quijote de la Mancha" es aquel en el que confunde molinos de viento con gigantes. Y como esta semana santa estoy de viaje por tierras manchegas, por los lugares por donde corría sus aventuras Don Quijote, era imprescindible visitar estos molinos. O al menos algunos de ellos.

Por lo que fui averiguando, molinos hay en varios lugares, repartidos en una franja al norte de la provincia de Ciudad Real con el sur de Toledo, y en Campo de Criptana hay una muestra de ellos. El lugar es perfecto, pues se alzan 10 molinos en lo alto de una colina, justo donde finaliza el pueblo (uno de ellos está en el casco urbano), concentrados en una superficie no muy grande. Cualquier imagen que tenga uno de molinos de viento manchegos, aquí la puede encontrar.

Llegar al pueblo es fácil, las largas carreteras de la zona te dirigen en línea recta, y ya a distancia se divisan los molinos en lo alto, cuando por fin encontramos un poco de relieve en una zona tan llana. Pero al llegar a Campo de Criptana perdí la referencia de los molinos, los edificios impiden verlos, y la señalización es mala, nos costó mucho llegar hasta arriba. A eso hay que sumar varias calles cortadas por procesiones.

Y una vez arriba, era cuestión de pasear, admirar y fotografiar. Hay 3 molinos del siglo XVI, que se identifican por tener un tejado negro, mientras que los de tejado entre gris y azul son actuales, reconstrucciones. Alejándonos un poco también encontramos la estructura de otros molinos, las ruinas de una construcción circular y los restos de la escalera. Hay varios que se pueden visitar, un par albergan exposiciones ajenas al mundo de los molinos, pero relacionadas con el pueblo (Sara Montiel, oriunda de allí, y un museo de artesanía). Me interesaba más ver uno que se conserva como fue, con su maquinaria, que una vez al mes (normalmente primer domingo de mes, pero nos recomendaron consultarlo antes) se pone en funcionamiento y muele la harina. Y otra visita era a una casa cueva, a la estancia donde vivía el molinero. El primero costaba 2€, la casa 1€. Todas las entradas se compran en la oficina de turismo, ubicada en otro molino.

Ruinas de un molino




Mientras estábamos allí llegó una concentración de coches clásicos, casi todos Citroen





Interior del molino del Infante, una parte de la maquinaria

Vistas a través de una de las ventanitas del molino



Acceso a la casa cueva

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