Después de haber visto el de Mérida, cualquier otro teatro romano parece pequeño. Pero eso no le quita atractivo. Se conservan las gradas, algunas con un añadido para poder utilizarlas, y el escenario. No hay fondo, pero eso permite tener unas vistas espectaculares sentado en tu "butaca".
Vista frontal de las gradas, con el castillo de fondo
Primera vista del teatro, con la iglesia de Santiago al lado (centro de interpretación)
Vista general del teatro y paisaje
Una vista del pueblo de Medellín
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