No había estado aquí todavía, y quise aprovechar que tenía intención de acercarme por varios pueblos de la zona (Olivenza entre ellos) para conocerlo. No calculé muy bien la hora de salida de casa, y cuando llegué el sol ya estaba por debajo de la línea del horizonte. La luz para hacer fotos era diferente, pero también disminuía radicalmente la visibilidad de por donde pisaba. Y hay algunos lugares en los que sí que convenía ver donde pisaba.
Llegué primero a la parte portuguesa, en la que se encuentra más de la mitad del puente, pero poco accesible. Sin muros de protección ni barandilla, tampoco está abierto el paso, pero venciendo al vértigo se puede acceder a él (hay un par de puntos en los que caminar por espacios estrechos sin barandilla de ningún tipo). A pocos metros río abajo cruza la carretera la frontera y llegué a la parte española. En esta hay un acceso más claro, se mantiene la baranda, pero han hormigonado el suelo, afeándolo bastante.
Las fotos las hice con ISO 1600 y no las he aclarado (tal vez debería para verlas algo mejor), a la velocidad que podía sin que se me moviesen. Hubo momentos en los que ya no quedaba luz para hacer más fotos.
El puente visto desde tierras portuguesas
Vegetación en medio del puente
Desde el puente
Vista parcial del estado del puente
Falta un trozo de puente para unir los dos paises
Restos del torreón a medio camino
Últimos minutos de luz sobre el Guadiana, donde se intuye el puente nuevo
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