El viaje ha comenzado levantándome pronto en casa de mism padres. Hacía días ya que no utilizaba una alarma, y ha costado. Tras desayunar he ido al coche y emprendido el viaje. Eran las 12.15 más o menos cuando he llegado a la presa de Cavallers, en los límites del Parque Nacional de Sant Maurici y Aigüestortes.
Embalse de Cavallers, desde la presa
Fondo de embalse
Uno de los muchos saltos de agua que me encontré
Tras ponerme las botas, untarme de crema protectora, coger todo lo que tenía que coger, he comenzado la ascensión. Primero se va bordeando el embalse de Cavallers, hasta llegar a su inicio. En ese punto ya se acaba lo bueno: comienza la ascensión fuerte. Primero hay un tramo más suavecito, hasta llegar a lo que es el valle glaciar. Miramos hacia delante y no vemos más que una pared, que haciendo eses llegaremos a subirla.
El camino ha sido más complicado de lo que esperaba. No por la subida, sino porque prácticamente todo era sobre piedras, siendo necesario ir con mucho cuidado no fastidiarse un tobillo. Como otras veces, a mitad de camino me preguntaba por qué me meto en estos líos. Pero las vistas valían la pena.
El camino recorrido, y lo que todavía faltaba
El agua abriéndose paso a través del granito
Camino a recorrer
Una tregua
El refugio
Estany Negre
Vistas de las montañas
Al final he llegado a un refugio, donde he comido, y he emprendido el camino de vuelta. Se estaba nublando mucho, y corría viento. Ya iba preparado con el impermeable en la mochila, pero al final no me ha hecho falta sacarlo.
Al volver al coche me he acercado por las iglesias románicas de la Vall de Boí, desde la parte alta hacia la baja (lo que me ha dado tiempo hoy). La primera ha sido Sant Climent de Taüll. La primera impresión ha sido igual que un personaje de la serie "Oh Europa" de Dagoll Dagom (de hace tiempo, ya): me la imaginaba más grande. Pero su enclave y su sencillez la hacen preciosa. Luego he subido a Santa Maria, del mismo pueblo. Externamente era casi igual, pero supongo que de aquí no extrajeron pinturas tan interesantes.
Sant Climent de Taüll
Interior de la iglesia
Vistas desde el campanario
Detalle de una campana
Interior de Santa Maria de Taüll
En Boí también había otra iglesia, muy parecida. El siguiente pueblo ha sido Erin la Vall. Esta era diferente, tenía un porche al entrar, y me ha gustado mucho más.
Mañana visitaré las que me faltan del valle, y ya veremos qué más hago, si es que no cojo agujetas. Al menos he dado una vueltecita por Vielha (donde tengo el hotel), y después de los días bochornosos en Barcelona, ¡hace frío! Lo dicho, mañana más.
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