La, por el momento, única visita oficial al piso me regaló esta planta
Poco a poco el piso ya va pareciendo más habitable. Cuesta, hay que armarse de paciencia, y el verano tampoco anima a hacer mucha cosa. Con eso del calor, apetece más estarse apalancado sin hacer nada. Pero algo hay que hacer. Y como ayer me trajeron el sofá, lo que indica que el comedor ya es un comedor, me decidí hacer fotos y ponerlas por aquí.
El comedor ha costado su trabajo, pero ahí está. Al menos puedo decir con satisfacción que lo he montado todo yo: desde pintar (había momentos en los que me arrepentía meterme en esos líos) a montar los muebles del IKEA, colgar las lámparas y los cuadros... Y a la primera nunca sale nada bien. Visto in situ se aprecian los fallos, pero por suerte en las fotos son muy pequeños y no se ven.
Visión más general posible del salón-comedor
Los pósters revelan mi lado freaky (aunque no me di cuenta de los reflejos del exterior)
La cocina ya hace más tiempo que la tengo lista. Me falta acabar de poner orden, o poner ganchos y colgar cosas. Pero lo más importante hace ya tiempo que está en servicio.
Y el pasillo es muy largo, así que el aprovechamiento perfecto puede ser utilizarlo como sala de exposición fotográfica. Quedaría bien una iluminación más adecuada, pero no pretendo montar un museo, solo colgar fotos para llenar tanto espacio en blanco. Y aunque estén puestas, algunas aún me queda arreglarlas.
Ahora solo falta arreglar las habitaciones, pero poco a poco. Una tiene lo justo para poder dormir: cama, mesita, y las maletas abiertas con la ropa. Otra tiene el ordenador (a la espera de tener internet), y la tercera es un cuarto trastero inaccesible. Mientras no reciba visitas de lejos tengo tiempo. Así que si alguien se anima a visitarme que avise, y así me pongo las pilas para poner orden.
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