domingo, 1 de mayo de 2011

Mata do Buçaco y Luso

Hoy tocaba el plato fuerte de este viaje, visitar la Mata do Buçaco. La parte de historia se puede consultar en el enlace adjunto, yo me voy a centrar en la descripción del lugar, que se me da algo mejor.

La Mata es un bosque cerrado, con especies de árboles de todo el mundo. Para verlo bien hay que hacerse a la idea de que se va a andar mucho, y en cuesta. Y si además ha llovido recientemente (como era mi caso), mejor ir preparado con unas botas de montaña que no patinen, pues muchos caminos son de piedras, y mojadas son una auténtica pista de patinaje.

Así que una vez hecha la idea de caminar lo mejor es dejar el coche en el pueblo de Luso, que está a pocos metros de alguna de las entradas. Lo digo porque los peatones y ciclistas tienen entrada gratuita, mientras que los coches cuestan 5€. Si solo se quiere ver la parte central y caminar poco, entonces es una opción.

Yo llevaba de referencia un plano que me dieron en la oficina de turismo de Curia. Al principio me gustó, pero a medida que lo necesitaba me fue defraudando. Para empezar, ¿por qué está orientado al sur? Lo puedo entender si se quiere dar más protagonismo a la Mata do Buçaco que a Luso, pero ya crea confusión si se compara con otro mapa. Y luego, dentro del bosque hay muchísimos más caminos de los que el mapa tiene dibujados. Eso por un lado, porque por el otro, dentro del recinto tan solo vienen señalizados algunos lugares importantes, y muchos de los puntos de interés del mapa no venían indicados, ni siquiera al llegar, por lo que supongo que he visto algunos.

Pero quejas a un lado, lo mejor es perderse por los caminos y disfrutar de la tranquilidad que allí dentro se respira. Vale que el día no acompañaba, y había poca gente, pero supongo que por la parte boscosa siempre será fácil encontrar rincones vacíos.


La escalera de la Fuente Fría. Tal vez el lugar más emblemático del bosque


La puerta de Coimbra. Es la más bonita que he visto, aunque de difícil acceso para ir a ningún sitio


Cedro de Buçaco, de 1644


El musgo crece casi por cualquier rincón


Uno de los caminos de piedra


El recinto está lleno de árboles altísimos


Otro camino


Una estación del via crucis


En el centro del bosque se encuentra el Palacio de Buçaco, actualmente reconvertido en hotel. Hasta que no llegué ni lo había intuído, y eso que tiene una torre realmente alta. El estilo es algo recargado, pero para mi gusto no llega a ser molesto. Junto al palacio está también el convento de los Carmelitas, un edificio mucho más modesto y que se puede visitar por 2€.


Palacio de Buçaco


Un lugar idóneo para tomar algo


Una figura decorativa


Los jardines adyacentes al palacio


Entrada al convento


Interior de la iglesia


La vuelta al pueblo fue un poco rápida, teniendo en mente que iba a bajar por el Vale dos Fetos (Valle de los Helechos). Ahora bien, yo tenía entendido que los helechos eran arbustos, pero me ha sorprendido verlos en árbol. El tronco era parecido al de unas palmeras pequeñas, pero las hojas eran sin duda de helechos.




Dos vistas del Vale dos Fetos


El lago que cierra el camino de helechos


Una vez de vuelta al pueblo me ha caído una tromba bestial, cuando estaba buscando un restaurante en el que comer. El primero que me ha convencido ha sido el elegido, comiéndome un arroz con pato buenísimo, pero que eso iba bien para dos personas, no para uno solo. Así que al acabar casi no me podía mover, el tiempo se había calmado nuevamente, pero podía volver a llover en cualquier momento. Así que paraguas en mano, di una vueltecita por Luso. También ahí hay unas termas, en pleno centro, además de varios edificios que no están mal, pero después de haber visitado el bosque se quedan pequeños.


Entrada al antiguo casino, situado sobre las termas de Luso


Jardines del pueblo


Hacer una selección de fotos hoy no era fácil, por lo que quien quiera ver la galería completa, la tiene aquí.

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