Vamos por pasos. He llegado a Amsterdam después de unos días de no parar, con cansancio acumulado, y ya aguanto poco a la hora de salir. Por eso no tengo la sensación de lugar tan encantador como otros, no estoy disfrutando del lugar de la misma forma. Para salir de noche, de fiesta, es el destino idóneo. Pero mis viajes son diurnos, y cuando se pone el sol ya estoy recogido.
Mis visitas turísticas comenzaron por la casa de Ana Frank, un lugar imprescindible para interesados en la historia reciente. Ana Frank se ha convertido en un mito por narrar de primera mano la persecución de los judíos, como era vivir escondidos. Es una voz que se ha llegado a escuchar, pero no deja de ser una niña que vivía su vida con normalidad, escribiendo su diario. Por eso, su casa es muy interesante para ver cómo era una de esas viviendas donde se ocultaba gente de la persecución, pero por fuera no es más que una casa normal y corriente frente al canal. Vale la pena comprar la entrada anticipada, si no, es fácil estar una hora haciendo cola (mi caso). Dentro no está permitido hacer fotos, así que no puedo mostrar nada.
Casa donde vivió y estuvo escondida durante dos años Ana Frank (el edificio de la izquierda, en el otro se puede ver parte de la cola de entrada)
Después me puse a pasear, a callejear y ver lugares desde la calle, haciendo alguna foto. Como decía hace un rato, iba muy cansado, y en un momento aproveché la cercanía del hotel para echar una siesta. No busqué lugares clave, simplemente iba viendo, moviéndome entre los miles de bicicletas, que son un peligro. Normalmente están claras las zonas de circulación para bicis, pero no tanto las normas, y te vienen por todas partes. No es fácil cruzar las calles.
Uno de los tres triángulos de granito rosa, monumento por la homosexualidad
Muestra de uno de los muchos canales
En el Beguinaje de Amsterdam
Base de una farola en la plaza Dam
Al Barrio Rojo y la noche le dedicaré una entrada a parte. Aunque no tenga mucho material gráfico, prefiero no saturar esta entrada.
El segundo día también ha comenzado con visitas concretas, esta vez al museo Van Gogh. Tenía que visitar algún museo de los importantes, y cuando he visto los precios he considerado adecuado quedarme solo con uno. Podía dudar entre el Rijkmuseum y el Van Gogh, pero me he decantado por el monográfico del pintor holandés. También había cola, también se podían comprar las entradas anticipadas, pero cuando he llegado, un poco antes de las 10, la cola no era muy grande. Tras pagar los 17€ de rigor he pasado a ver la colección permanente, hacer un repaso por la obra de Van Gogh. Hay algunos cuadros muy conocidos (que no están ahí, como La Noche Estrellada, Los Girasoles…), pero muchos otros sorprenden, no son de un estilo que pienses suyo.
Museo Van Gogh
Espacio preparado para las colas del museo
Y después, volver a callejear. En teoría para ver zonas que no hubiese visto el primer día, pero al final hay lugares por los que he pasado ya varias veces, por lo que seguro que tendré fotos repetidas.
Fachada del Rijkmuseum
Paso por el museo
Jardines en la zona de museos
Vondelpark
Vista a lo lejos del Palacio Nacional
1 comentario:
Buenas Dani: Aunque no lo creas de vez en cuando me doy una vuelta por tu blog, lo que pasa es que me pones los dientes largos. Pero esta vez, me los has puesto tanto, tanto... que me alegro por ti.
Yo iría únicamente a Amsterdam para ver el museo Van Gogh, es mi pintor favorito y cuando he tenido oportunidad de estar delante de su obra, bien en París (hace muchos años) o en Madrid (también muchos, pero menos); me he quedado fascinada ante ellos.
Bueno, y sí, ya puestos, pues también visitaría otras cosas, pero al museo ¡Sí o sí!
Saludos.
Publicar un comentario