Cerca del pueblo de Lagos, en la costa sur portuguesa, está la Ponta da Piedade, uno de los lugares más espectaculares de la zona. La erosión del mar ha dejado unas formas curiosas, fácilmente accesible. Hay un aparcamiento en la parte alta, donde el faro, y unas escaleras que permiten bajar hasta el nivel del mar. Existen también otros rincones más complicados de llegar, en teoría no están habilitados, pero el paso de la gente ha marcado caminos, en los que mejor no tener vértigo.
Para mí, en esta última visita había mucha gente. Es el inconveniente de estos lugares, que en cuanto están accesibles se masifican. Era ya la tercera vez que lo visitaba, y en otra ocasión le dediqué
parte de una entrada del blog, pero esta vez tenía fotos nuevas y he preferido centrarme en no compartir con otros lugares.
Primeras vistas de la zona
Vistas desde arriba, de donde se puede ver la escalera de bajada
Mirando hacia el oeste, el sol iba bajando ya
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