Buscando lugares, me encontré con la garganta de la Nogaleda, un salto de agua en Navaconcejo. Desde la carretera nacional, cuando se está saliendo del pueblo (en sentido ascendente del valle) se puede apreciar el lugar a mano izquierda. Poniendo atención, hay carteles que indican del camino y donde hay una zona de aparcamiento, junto al río.
Y es desde el pueblo desde donde sale la ruta a pie. Según las señales son 4 km, pero con subidas un poco fuertes. Perderse es casi imposible, el camino está marcado con pintura verde y blanca (sendero local), y no hay muchas opciones. En la subida vamos dejando el curso de agua a nuestra izquierda, y cada pocos metros hay un rincón en el que pararse y ver los saltos de agua y hacer fotos. No es un solo salto, son muchos los que hay, uno tras otro, en no sé cuanto desnivel. Y constantemente hay caminos que llegan hasta el borde del agua, a ratos salpica tanto que parece que tomemos una ducha. Como iba preparado para el agua, llevaba el trípode conmigo y tomé unas cuantas fotos, tardando casi 3 horas en hacer toda la ruta, cuando por distancia se haría mucho más rápido. Repito, la subida es fuerte, escalonada, y por lo tanto lenta.
Un puente cruzando sobre la garganta indica casi el final de la subida. Al cruzarlo quedan unos pocos metros más, y luego el descenso se realiza por pistas, caminos amplios y casi todos hormigonados, entre campos de cerezos. De forma que en una sola ruta pasamos del agua y naturaleza a los típicos cerezos en flor, una jornada completa.
Garganta de la Nogaleda, pocos metros antes de encontrarse con el río Jerte
Un punto del camino, con exposición de 2 segundos
Algunos cerezos en flor a la vista
El camino de subida
Otro salto de agua, a 5 segundos
El entorno verde
Una vista del valle del Jerte, con Navaconcejo abajo
Último salto que se ve en la ruta
Otra vista de los cerezos y el valle
Cerezo en flor
Un cerezo ya sin flor, con las hojas saliendo
De camino de bajada, vista de la garganta al fondo tras los cerezos
En otro rincón del valle, creo que son las montañas de Gredos aún nevadas
Un campo de cerezos
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