lunes, 9 de diciembre de 2013

Madeira: levadas, centro y Porto Moniz

El viaje de Madeira está siendo muy interesante en vistas, paisajes y visitas. Pero también en lo que nos llegamos a cansar. Estoy a punto de caer dormido, pero quiero hacer el esfuerzo de escribir la entrada del día, no dejar pendiente los textos, que luego se me acumulan. Aquí vamos.

En un principio tenía en mente ver mucho más, pero por circunstancias varias no ha sido posible. Pero aunque haya sido menos, necesitaría buscar en el diccionario sinónimos de espectacular, encantador, etc. Hemos comenzado viendo levadas, que son los caminos que se realizaron junto a unos canales para conducir el agua a lo largo de la isla. Seguramente las levadas más representativas y visitadas sean las del Risco y 25 Fontes, y recorriéndolas he entendido el motivo.

Para llegar, el mejor camino es por la carretera del centro, y en Boca da Encumeada cambiar de carretera, pero estaba cortada. Así que la ruta escogida ha sido ir por la costa en sentido oeste hasta Calheta, y luego subir por la ER 211 hasta casi Rabaçal. Mala idea. La carretera, por así decirlo, se alcanza metiéndose por callejuelas pendientes y difíciles. Una vez localizada me he espantado, era una calle estrecha (no cabían dos coches) muy pendiente y en mal estado. Rara vez podía poner segunda. En un momento que me he cruzado con otro me ha costado muchísimo volver a ponerme en marcha. En unos 10 km se han salvado 1000 metros de desnivel. Más adelante se ha ensanchado, pero seguía siendo muy pendiente y en muy mal estado. Cuando finalmente he alcanzado la ER 110 (cruza de este a oeste por lo alto de las montañas) me he sentido aliviado.

Al final he llegado a un aparcamiento en la carretera, donde se puede decir que comienza la ruta de las levadas. Primero se bajan un par de kilómetros por una pista asfaltada, que hay opción de hacerlo en una furgoneta (5€ ida y vuelta, pero no he hecho uso de sus servicios). Rabaçal consiste en un par de casas que esperaba que tuviesen algún servicio, pero estaban cerradas. Al menos he aprovechado el lavabo.

Carretera ER 110

Primeras vistas de la ruta



Un primer indicador de los caminos

Merendero en Rabaçal

La levada do Risco y la levada das 25 Fontes comparten un tramo del camino. En realidad es la levada do Risco la que se sigue al comenzar. Es un camino muy fácil y no muy largo: camino de tierra ancho, siguiendo un canal de aguas prácticamente quietas. Acaba en un salto de agua realmente impresionante.



La levada y su canal

Salto de agua al final de la levada, y por donde continúa el camino (pero cerrado al público)

Estos pájaros se acercan muchísimo a la gente

Retrocediendo el camino, en busca de otra levada

Retrocediendo hasta una bifurcación tomamos el camino hacia las 25 Fontes. La segunda levada corre unos 200 metros más baja, y se baja por unas escaleras bastante pendientes. Es dura esa parte. Pero luego llegamos hasta la levada propiamente dicha. Esta vez es más complicada, pues el camino en sí tiene una anchura de unos 30 cm, que en ocasiones tiene un camino de tierra al lado, pero en otros momentos hay una valla y barranco. Casi todo el camino se encuentra en zona boscosa, realmente bonito. Las 25 fontes es una poza a la que caen cantidad de chorros de agua, deberían ser 25, pero todo depende del criterio que se siga para contarlas. El camino sigue, pero no sé hacia donde.



Algunas de las 25 fuentes que le dan nombre a la levada


La poza está llena de peces

Otro pajarillo



Los bastones que nos ayudan en la ruta


La subida de vuelta

Después de caminar hemos recorrido un poco la carretera. Primero hacia el este, quería ver la meseta que corre a unos 1000 metros de altitud, y con unos tramos de carretera completamente rectos a lo largo de una distancia importante. Y después hacia Porto Moniz, parando de vez en cuando a admirar los paisajes. Hay fotos que me han quedado bien, pero como siempre, no hacen justicia a todo lo que vimos.

Nubes bajas pasando frente a nosotros

Una larga carretera sin curvas

Se puede intuir el sol reflejándose en el Atlántico, al sur de la isla





En Porto Moniz no hemos recorrido mucho, nos hemos quedado en la parte baja, en los miradores hacia el mar, a ver el mar rompiendo en las rocas volcánicas que sobresalen del agua. Hemos encontrado una ventana desde la que se veía el agua entrar con fuerza y romper violentamente, pero ya había oscurecido más de lo deseado para hacer fotos. Eso sí, alguna nocturna también he probado a hacer.

Bajando hacia Porto Moniz

Piscinas naturales


Larga exposición, con la luz residual de las farolas


Y después de esto ya hemos vuelto a Funchal, a descansar un poco, y enfrentarnos mañana a la zona este de la isla.

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