El primer destino del día fue a la zona presidencial, donde además se encuentra el mausoleo de Ho Chi Minh. Pero vamos por partes y con un muy breve resumen de la historia. El palacio presidencial lo construyeron los franceses en la época colonial, y cuando dejaron Vietnam (que la semana que viene celebran el 60º aniversario) el presidente pasó a ser Ho Chi Minh. Pero por lo que nos contaron fue un hombre que no quería privilegios, y nunca llegó a vivir en el palacio, sino que se instaló en una casa de los jardineros. Y al morir había dejado en el testamento que fuese incinerado, no quería lujos, pero fue en una época de conflicto con Estados Unidos y Vietnam necesitaba un símbolo, así que lo embalsamaron y construyeron un mausoleo (que seguramente donde reposa muerto es más grande que donde vivió) para que fuese lugar de veneración.
Palacio presidencial
Mausoleo de Ho Chi Minh
Despacho (a través de un cristal)
Casa de los jardineros donde vivió Ho Chi Minh
También allí al lado se encuentra la pagoda de un pilar. Es un edificio muy pequeño, donde solo hay lugar para una figura, ni siquiera entra la gente. Nos contaron la historia de su origen, pero para qué engañarnos, no recuerdo nada. La sensación es que es un edificio curioso, pero que se nota que ha pasado por restauraciones, al menos su pilar.
Pagoda de un pilar
Interior de la pagoda
Detalle del tejado
A las afueras del recinto, creo que es un museo (no nos acercamos a verlo)
El siguiente lugar era el Templo de la Literatura, un templo que se construyó hace ya varios siglos, en honor a Confucio y sus enseñanzas. Además fue la primera universidad vietnamita. Tiene unos cuantos rincones preciosos, y sobre todo se respira tranquilidad, a pesar de encontrarse en un lugar tan ruidoso como Hanoi.
Entrada al Templo de la Literatura
Pequeño concierto de música tradicional
Después de comer teníamos contratado un paseo en las típicas bicicletas para pasajeros (no recuerdo el nombre), momento en el que se puede ver las calles desde otro nivel. He insistido varias veces en que el tráfico asusta, y a pesar de que en varios momentos me encontré con el típico caos, no sufrí demasiado. El problema es que después de comer, y de un día de ver cosas, llega la hora de la siesta. Poco me faltó para quedarme dormido en el paseo.
Bicicletas para pasear a los turistas
Vídeo con una pequeña muestra del tráfico de Hanoi (en un momento no muy malo)
A continuación nos acercamos a visitar el interior de la catedral de San José, edificio de la época colonial francesa, cuando intentaron imponer la religión. Aunque antes de llegar quise tomar algunas fotos que supusiesen una representación de lo que había visto hasta el momento (aunque al final no me convenzan la mayoría para ponerlas aquí).
Motoristas esperando a que cambie el semáforo
Interior de la catedral
Detalle de la vidriera
Y para rematar, el teatro de marionetas de agua. Con ese nombre no me hacía a la idea de lo que me iba a encontrar. El espectáculo tiene más música que diálogos (menos mal, porque mis conocimientos de vietnamita son nulos, ni siquiera sé decir bien gracias), y son varios títeres que aparecen en una pequeña piscina. Algunos de ellos aprovechan muy bien el elemento, como los dragones o peces, que quedan preciosos.
Entrada al teatro de marionetas de agua
Escenario donde tendrá lugar la actuación
Al acabar, de vuelta al hotel. Luego un pequeño paseo, cenar, ducha y a dormir.
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