Por lo tanto, un cementerio tiene cierto atractivo. Lo que nos ha contado el guía es que constan de un monolito, y a su alrededor se encuentran las tumbas, más pequeñas de lo habitual, debido a las mutilaciones que sufrían, o simplemente que haya partes enterradas, no el cuerpo entero.
El cementerio tenía aspecto de abandono, pero por lo visto la limpieza se realiza dos veces al año: en año nuevo y cuando se cumple la fecha de fallecimiento de la persona. Pero en este caso es una vaca la que había allí pastando, aunque era muy huidiza, no ha dejado que me acercase.
Entrada al cementerio
Después de la comida nos hemos desplazado de Hoi An a Hue. La carretera es bastante lenta, hemos tardado unas 4 horas, cruzando un puerto de montaña. Desde hace poco, esas montañas se pueden evitar por un túnel, pero la carretera antigua tiene su encanto. Las vistas son bonitas, a pesar del mal tiempo. Y además, estas montañas separan dos zonas del país, por lo que el puerto era un punto estratégico donde se libró una batalla durante la guerra.
Un búnker en la montaña
Pared con los impactos de balas
Aparcamiento del puerto de montaña, con los tenderetes de vendedores
Vistas hacia Danang
Placa conmemorativa
Mapa de los búnkeres
Carretera de subida
No hay comentarios:
Publicar un comentario