Más allá de Mérida: Vietnam: llegada a Hanoi

sábado, 4 de octubre de 2014

Vietnam: llegada a Hanoi

Parece que por fin he conseguido conectar el ordenador a internet. En el hotel tenemos wifi en todas las plantas, aparentemente está bien conectado, pero no sé qué pasa con las conexiones. Ayer tuve problemas con el ordenador, pero el móvil cogió la red bien. Y hoy me da la impresión de que sea al revés. Paciencia. O que incluso haya vuelto a perder la conexión, y no sé si al final podré subir la entrada o tendrá que esperar. Al menos voy a ir redactando.

Finalmente estoy en Hanoi, después de un largo viaje en avión de más de 10 horas, a las que hay que añadir las 4 de retraso que tuvimos para salir de Frankfurt. Entrar en Vietnam fue bastante sencillo, casi me esperaba en la aduana una policía más severa. Tan solo fue necesario hacer cola para obtener el visado (ya tenía la carta de invitación, así que tan solo era un trámite), pagar y listos para entrar en el país. Luego quedaba recoger la maleta, que también hubo que esperar bastante. Pero como veía por allí a bastante gente del avión, pensé que no era el único, que iban saliendo muy poco a poco.

En el aeropuerto nos esperaba la guía, subimos en la furgoneta, y camino del hotel. En ese trayecto ya pude comprobar como era el tráfico en Vietnam: caótico. Apenas existe una norma de ceder el paso, facilitar el tráfico. La gente simplemente va, se cruza poco a poco sin parar, los semáforos parecen no ser de uso obligado... Sufrí un rato, y luego como peatón algo más, cuando a la hora de cruzar las calles no hay que esperar a que se paren, pues nunca va a pasar, y casi nunca van a dejar de pasar motos (que son muchísimas más que coches). Hay que ir poco a poco, a veces parándose en mitad de la calle. Te esquivarán. Por suerte la conducción no es agresiva, no corren demasiado ni van frenando bruscamente. Parece que es una conducción pausada pero constante.

Ayer salimos a dar una vuelta por las calles de Hanoi para conocer un poco la ciudad, y también aprovechar y hacer algunas compras. Sirvió para tener una toma de contacto, conocer un poco la ciudad. Lo más destacable es el mundo de las motos: son miles, y se utilizan para todo. Una o dos personas es lo más normal, pero es fácil encontrarse también con familias completas (hasta 4 personas), o que las utilicen como vehículo de carga. Son cosas que no estoy acostumbrado a ver.

Otra imagen impactante es ver los cables que se encuentran en las calles, sobre todo en los cruces. No sé si hay alguna forma de identificarlos, saber cual va de un lugar a otro. Es difícil de describir como en un cruce se pueden ver varios cientos de cables saliendo hacia todas partes.

También es muy frecuente sentirte acosado por todo tipo de vendedores. Aquí no paso por local, claramente se ve que soy turista, y se acercan a ellos a vender cualquier cosa: dulces, paseos en bicicleta o moto, arreglar el calzado (aquí me pillaron, tenía las sandalias un poco despegadas y me las arreglaron. Quedó muy bien, pero la clavada que me metieron fue brutal).

Las fotos del día son un poco la visión primera que tuve de la ciudad, apenas hay lugares característicos, pero espero que sirvan para hacerse una idea de lo que hay. Lo que no captan es el ruido, el bullicio de tanto vehículo moviéndose por todas partes y los bocinazos que te dicen que estás en medio de su camino.